
Ahora, la paciencia en torno a este problema se ha agotado. El control de los alienígenas ha sido cedido bajo contrato a Multi-National United (MNU), una compañía privada muy poco interesada en el bienestar de los extraterrestres. La MNU recibirá tremendas ganancias si logra hacer funcionar el poderoso armamento de los alienígenas. Hasta el momento, la compañía ha fracasado estrepitosamente: la reactivación del armamento requiere del DNA de los extraterrestres.
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