lunes, 26 de octubre de 2009

Sbaraglia, Rivas y Solá, un trío que pisa fuerte

Son las figuras centrales del film de Gerardo Herrero.

A Miguel Angel Solá no se lo veía filmar por aquí desde hacía cinco años, cuando tuvo un papel clave en La puta y la ballena , en la que trabajó con Sbaraglia. Se había ido a España junto con su esposa, Blanca Oteiza, mucho antes, a mediados de los 90. Este año fue redescubierto por los argentinos gracias a su papel del inspector de policía en la serie de la TV peninsular Bruno Sierra , que se vio por Canal 7. "Estoy convencido de que es una buena película", dice satisfecho. "¿Mi personaje? Es de los que empiezan acariciándole la cabeza a un niño y después no se sabe si la cabeza le queda pegada en la mano. Es un ser desagradable a ultranza. Es peor que seductor, es un tipo que impone, que determina el destino de otros, es un asco. Es de los que persuaden con una pistola en la cabeza. Entre esos tipos y yo hay algo personal. Creo que entre mi Conti y el López de Leo se construye un único personaje. El personaje de Leo es el de uno de esos tipos que pusieron afuera a su propio demonio y lo ponen en acción. En todo caso hay que seguir los ritos aconsejables para ser esa persona y él los cumple hasta transformarse en ese otro. Mi personaje desaparece llevándose la pistola que le había dado para elegir. Es López quien elige. El trabajo fue hacer que dos actores tan diferentes como somos Leo y yo, no obstante nos emparentamos en la obsesión por el trabajo, físicamente pudiéramos lograr mimetizarnos, sabiendo que estábamos haciendo una bola que se llamaba López Conti", explica el actor.

"Lo único que Conti le pide a López es que se rinda a él, y ni siquiera que se rinda, sino que quiere tener su aprobación. Si es así, todo va a fluir, y eso no se puede decir a los gritos", explica Solá. "Ha sido un encuentro fructífero, muy lindo para todos", concluyó.

Dos en carrera

Sbaraglia vive un buen momento. Dispuesto a quedarse en la Argentina tras un importante periplo español, en cine este año ya se lo vio en Las viudas de los jueves y ahora mismo en teatro, junto a Pepe Soriano, en Contrapunto , de Anthony Shaffer, que en cine se conoció como Juego mortal . "En un momento parece que mi personaje arma todo el mundo que lo rodea en su cabeza, una gran representación para poder ser feliz. Su expresión es tensa, siempre está a punto de estallar. Su mirada es esquiva, tiene algo de loco", explica. "Me recuerda a El garante" , dice, en referencia al ciclo de TV que en 1997 compartió con Lito Cruz. "Venía de ver La cuestión humana , de Nicolás Klotz, que habla de cosas que tienen que ver con El corredor... , del mundo de las empresas, de lo que te pide el sistema capitalista para seguir arañando poder, y me sirvió mucho para hacer mi personaje", concluye.

Erica Rivas interpreta a Clara, la esposa psicóloga de Eduardo. Para ella "todo tiene que ver con el punto de vista de Eduardo, todo el devenir de las cosas, que puede parecer normal, natural, también se destruye cuando uno ve que en realidad tiene que ver con la cabeza de una persona. Nada es lo que parece", sentencia.

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